jueves, 30 de septiembre de 2010

Heterocephalus glaber o Rata topo desnuda

Volvemos con otro grupo animal fascinante, aunque estos no puedan presumir de belleza, la verdad. Este es un grupo de roedores eusociales.
Antes que nada vamos a aclaras algunas cosas.

En uno de los post anteriores hablábamos de insectos sociales (que correctamente se denominan eusociales) como las hormigas, termitas, abejas y avispas. Estos insectos tenían la peculiaridad de organizarse por castas, cooperar en el cuidado de sus crías, la defensa de la colonia y otras más funciones que les hacían colaborar por un mismo objetivo.
Pues ahora vamos a hablar precisamente de Heterocephalus glaber o Rata topo desnuda.

Este roedor vive en colonias que suelen albergar los 70 individuos, organizándose de manera parecida a los insectos eusociales.

En estas grandes colonias sólo existe una hembra reproductora, la reina. Se cree que la orina de esta reina, la cual esparce por toda la colonia, contiene hormonas que inhiben la capacidad reproductora de las demás hembras.
La mayoría de los individuos son trabajadores, tanto machos como hembras y dedican toda su vida a trabajar por la colonia.

Si una reina muere o es eliminada de la colonia, un grupo de hembras pelean a muerte para ganarse el nuevo puesto de reina. Si ya son feos no me los quiero imaginar peleando.

Sus túneles varían de profundidad, algunos están muy cercanos a la superficie (ahora contaremos por qué) mientras que otros pueden llegar a tener una profundidad de hasta 2 metros. Los túneles comunican numerosas cámaras las cuales cada una tiene una función específica. Cámaras donde almacenan comida, cámaras especializadas para la cría de sus individuos e incluso hasta tienen una cámara exclusiva para hacer sus necesidades,¡tienen cuarto de baño!

Una cosa bastante curiosa es la manera que tienen de hacer los túneles. Estos roedores cooperan como si fueran una cadena de montaje, es decir, se ponen en fila y la primera se dedica a cavar. Las que estan detrás van pasando la tierra hasta la última que con sus patas traseras patea la tierra fuera del túnel.

Además estos seres tan encantadores cooperan en casi todo, incluso en la termorregulación. A diferencia de otros mamíferos, ellos no pueden mantener estable su temperatura corporal, por lo que se agrupan en grandes masas en los túneles más superficiales, con mayor temperatura gracias al calentamiento producido por el sol.

La rata topo desnuda es prácticamente ciega pero tiene un oído muy agudo. Es más, cuentan con un alto repertorio de sonidos con los que se comunican.

Estos animales se alimentan de raíces y tubérculos, por lo que el hombre las considera un peligro para sus cultivos.
Aunque yo diría más bien que estamos invadiendo la tierra con cultivos a veces innecesarios pero bueno, hay opiniones de todo tipo.

Espero que hayan disfrutado con este pequeño "monstruito" de la naturaleza, a veces los feos llegamos a ser muy interesantes.

Un saludo.
Pablo Escribano.


Bibliografía:
Museo de Zoología de la Universidad de Michigan

viernes, 17 de septiembre de 2010

Dame tu mano y caminemos juntos


Encontré esta foto por Internet y me encantó. Por eso la quiero compartir con vosotros, porque soy de los que piensan que podemos hacer un único camino, un camino hacia un mundo más justo para todos.

Un saludo.
Pablo Escribano.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Insectos sociales

Quizá si tuviéramos un pensamiento más bien antropocentrista, nos quedaríamos admirados por todas las majestuosas estructuras que puede construir el ser humano. Su capacidad para ponerse de acuerdo, la inteligencia para construir estructuras colosales y de gran belleza…

Pero, no sé si a vosotros os recorre el mismo sentimiento por el cuerpo cuando observo, detenidamente, la naturaleza. Seguramente este sentimiento pueda compartirlo con muchos de mis compañeros de la facultad. Ese “don” de quedarse boquiabierto ante cualquier "insignificante" ser vivo que pase por delante nuestra, e intentar entenderlo en su totalidad como individuo o como un ser que forma parte de toda una complejidad.

Hablo de un sentimiento que se puede captar en nuestro ambiente y que hace que cada vez que salgo al campo a observar, me vuelva con una sonrisa de oreja a oreja por haber podido “entender” un poco más del mundo en el que vivimos.

Y ahora me gustaría poneros algún ejemplo de la complejidad de nuestra madre naturaleza.

Uno de los mejores ejemplos para mí son los insectos sociales, realmente me fascinan.
Los himenópteros forman uno de los mayores órdenes de insectos con una multitud de formas de vida, destacando los himenópteros sociales entre los que se encuentran hormigas, abejas, avispas, abejorros...

Hablemos primero de las hormigas, esos pequeños artrópodos que vemos en el suelo y que viven bajo tierra construyendo túneles y cámaras, cada una destinada a una función específica.
Algunas especies de hormigas han llegado a tal punto de complejidad que son capaces de domesticar pulgones, sí por muy raro que suene.

La especie Lasius niger ha domesticado a una especie de pulgones, los cuales han llegado a perder la capacidad de alimentarse.
Es decir, como la hormiga no les lleve el alimento a la boca, estos no comen. Algo parecido a nuestros animales domésticos. Lo interesante es que, a cambio, estos pulgones se dejan “ordeñar” una sustancia dulce de la que las hormigas se alimentan.

Pero no todo queda ahí, sino que en la especie Lasius flavus no sólo se dedica a “ordeñar” pulgones, sino que los pulgones menos productivos son consumidos como una buena fuente de proteínas.

Al igual que algunos de nuestros animales domésticos, muchas especies de pulgones ya no existen en estado silvestre, sino sólo en los hormigueros donde son criados por éstas hormigas.

Por otro lado tenemos las termitas. Algunas especies de termitas de África, construyen nidos de varios metros de alto. Muchas de ellas hacen una especie de simbiosis con un hongo llamado Termitomyces. Este hongo es cultivado en un sustrato vegetal que sirve de abono, entonces el hongo pre digiere los vegetales con el fin de que las termitas puedan asimilarlo mejor. De este modo tenemos ¡termitas granjeras!

Por último me gustaría comentaros un método de reconocimiento muy peculiar que tienen los insectos sociales, la llamada trofalaxis. Este gesto es una especie de "beso" por el cual los insectos sociales son capaces de repartirse la comida para que toda la población esté bien alimentada, transferirse hormonas como método de reconocimiento, o incluso en algunas termitas pueden transmitirse bacterias y protozoos intestinales necesarios para la digestión de la madera.

Después de esta pequeña introducción a uno de los mundos en miniatura que nos ofrece nuestro planeta, ¿No creemos que merece la pena conservar todas estas pequeñas partes que hacen que nuestro planeta sea un planeta vivo?

Ya no sólo hablando de insectos, sino de todas las especies de animales y plantas que conviven con nosotros y que cada día estamos poniendo en peligro. Deberíamos replantearnos nuestra forma de vivir y de actuar, porque bajo mi punto de vista, muchos de nosotros no sabemos todo lo que estamos perdiendo.

Un saludo.
Pablo Escribano.