martes, 12 de enero de 2010

Jane Goodall, otra manera de vivir


Ya anteriormente dediqué un post a esta mujer a la que tanto admiro. Y ahora, después de haberme leído uno de sus libros me veo con la necesidad de transmitíroslo y recomendároslo.

Otra manera de vivir es una obra en la que, una de las primatólogas más importantes de nuestros tiempos, nos da la posibilidad de llevar un estilo de vida mucho más ecológico y menos dañino para nuestra madre tierra.

Jane Goodall nos muestra primero todos los problemas que estamos causando con nuestro actual estilo de vida y sobretodo con nuestra alimentación. Tratando temas muy diversos pero principalmente los relacionados con la comida.
Luego nos propone una serie de alternativas para que podamos aportar nuestro granito de arena en esta lucha por la igualdad y la conservación de nuestro bien más preciado, la naturaleza.


Es un libro que recomiendo no sólo por todas las alternativas que nos da a conocer, sino también por la labor de concienciación tan grande que lleva a cabo.

Un saludo y espero que algún día lo leáis.
Pablo Escribano.

viernes, 1 de enero de 2010

Hachiko


Después de haber visto esta película hay algo que me mueve por dentro para escribir este post.

Primeramente me gustaría recomendaros esta película.
Es una historia de dos almas gemelas, una historia que se centra en la amistad sin límites entre un hombre y un perro, una lealtad incomparable y un sentimiento conjunto que hará que estos dos amigos no se separen nunca.

Basada en una historia real, Hachiko nos adentrará en un mundo en el que, si tenemos mascota, nos sentiremos fuertemente identificados con la historia.

Esta película me ha gustado bastante no sólo por la historia, sino porque también conozco una historia parecida y que he visto con mis propios ojos.
Es la historia de Canelo y ocurrió aquí en Cádiz.
Canelo era un perro que acompañaba a su dueño diariamente al hospital, ya que este debía practicarse la diálisis en el centro sanitario. Canelo lo esperaba en la puerta todos los días hasta que su dueño salía y se iban juntos para casa.
Pero un día, la salud del dueño de Canelo empeoró y este tuvo que ser ingresado.
Durante el tiempo que el hombre estuvo ingresado, Canelo no se movió de la puerta del hospital y fue fiel a su dueño esperándolo día tras día.
Un tiempo después el hombre murió y no salió nunca más de ese hospital.

Canelo esperó a su dueño en la puerta del hospital durante 12 años. Durante ese tiempo, los gaditanos se volcaron con el animal al conocer su historia y lo alimentaron y cuidaron durante esos 12 años, pero Canelo no quería moverse de aquella puerta.
Yo he visto con mis propios ojos a ese animal rondando por los alrededores del hospital y a día de hoy, si le preguntas a un gaditano por Canelo estoy casi seguro que sabrá contarte la historia.

Tal fue el acontecimiento que cuando Canelo murió, se ganó una calle a su nombre y una placa en la que cuenta su historia.

Historias como las de Canelo o las de Hachi (el perro de la película) me hacen reflexionar sobre la tremenda afinidad que podemos llegar a tener con nuestras mascotas.
Una amistad que se entiende sin la necesidad de palabras, tan sólo hace falta una mirada para transmitir ese afecto que los une.

Y les voy a pedir que me permitan una cosa. Permítanme que no entienda a todas aquellas personas (si las puedo llamar personas) que son capaces de abandonar y maltratar a sus mascotas. Y permítanme despreciar a todos aquellos que han sido capaces de ponerles la mano encima a un animal indefenso o que han tenido el "valor" de abandonar a su suerte a una pobre criatura.
Pero les lanzo una pregunta a esos seres sin sentimientos. ¿Han sido capaces alguna vez de mirar a su mascota a los ojos?


Un saludo y espero que vean la película.
Pablo Escribano.