jueves, 28 de mayo de 2009
La Antártida, un continente olvidado.
Una noche soñé con un lugar muy alejado de aquí, un lugar totalmente diferente, donde el silencio era el único gobernante, y su brisa, a pesar de ser fría, me acariciaba con un toque de serenidad y harmonía. Un lugar donde la belleza esta ligada al más íntegro monocromatismo.
Se que sólo fue un sueño, pero he tardado mil y una noches más en volver a recorrer con mi mente, aquel paisaje de ensueño.
Un continente quizá demasiado lejano, un continente que pocos conoceríamos si no fuera por los mapas, un continente olvidado.
De todos los continentes a los que podría visitar, este seria al que más me costaría llegar, no solo por lo inalcanzable que puede llegar a ser, sino por las arduas condiciones que muestra cada día. Pero si algo me enseñó mi madre, es que nunca deje de soñar y de luchar por lo que a veces parece imposible, porque en lo más profundo de nosotros mismos está la clave para alcanzar nuestros retos.
Aquel continente del que os hablaba es la Antártida. Y me preguntareis el porqué de eso de luchar por un sueño.
Os podría contestar de mil maneras pero, realmente sólo una es válida para expresar lo que siento: Estamos perdiendo lo más preciado que tenemos ahora mismo, y todo lo estamos haciendo con nuestras manos.
Cada hora que pasa, cada minuto, en cada momento de nuestras vidas, estamos dejando morir lo único que tenemos.
Seguro que no soy la primera persona que os hablo del cambio climático pero seguro que tampoco seré el último.
Es cierto que el cambio climático es algo “natural”, que a lo largo de los 4,5 billones de años que tiene nuestro planeta se han producido varias glaciaciones, ya sea debido a cambios en la atmósfera terrestre, variación de la posición de los continentes…
Pero de lo que podemos estar seguros es que lo estamos acelerando a un ritmo descontrolado.
Realmente conocemos las causas del efecto invernadero, pero ¿conocemos las cifras?
En 1954 las emisiones mundiales de CO2 eran del orden de 1,5 Giga toneladas (Gt) por año, y que en el año 2000 alcanzaron las 7 Gt/año. A esta velocidad y según la tasa actual, las emisiones para 2054 excederían las 25 Gt/año. Un dato más que alarmante.
Ya que como sabemos, el CO2 es un potente gas de efecto invernadero que absorbe la radiación infrarroja que nos llega del sol, calentando la atmósfera y devolviendo el calor a la superficie.
Con todo este problema, cada año asistimos a nuevos récords de calor y las temperaturas globales siguen aumentando.
¿Qué está pasando en la Antártida?
Con una masa de tierra dos veces más grande que Australia, la Antártida conserva (junto con el polo norte) el 30% del agua mundial.
En los últimos 50 años, la península Antártica ha experimentado el mayor aumento de temperatura registrado en el planeta: 0,5 grados centígrados por década.
En estos momentos un grupo de investigadores españoles del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), se encuentra en la Antártida en el Bio Hespérides, un buque oceanográfico que se encarga de investigar las evidencias del calentamiento global en este continente helado.
Sin ir más lejos, el 17 de Febrero de este mismo año, se desprendió la plataforma de hielo Wilkins en la península Antártica. Una plataforma de unos 14.000 kilómetros cuadrados. Para que nos hagamos una idea, la plataforma equivale a dos veces el tamaño de Euskadi.
Según los investigadores, el desprendimiento y fragmentación del enorme sector producirá un consecuente aumento en el nivel del mar.
Sabiendo que esto es solo el principio y que el 80% de la población mundial vive en zonas litorales, ¿Deberíamos estar alarmados?
El Bio Hespérides fue el primer buque en llegar a la zona, ya que también esta trabajando en un proyecto en el Mar de Belinghausen, un mar situado al oeste de la península Antártica. Los científicos han podido presenciar como este mar retrocedía (se fundía) unos 550 Km. en dos semanas, señalando que las temperaturas del agua son extremadamente cálidas en esta zona.
El investigador del CSIC y coordinador del proyecto ATOS Carlos Duarte, afirma desde el Hespérides: “El Año Polar Internacional que ahora se cierra
[De marzo de 2007 a marzo de 2009], ha visto, lamentablemente, la mayor pérdida de hielo documentada hasta el momento, tanto en el Ártico, donde se perdió una importantísima cantidad de hielo en 2007, como en la Antártida, donde estamos asistiendo a una pérdida dramática de hielo".
Me gustaría volver desde mi imaginación, a aquel asombroso lugar. Pero mi preocupación ahora es, ¿Podrá aguantar mil y una noches más?
No sabemos a que nos enfrentamos y tampoco quiero ser alarmista. Pero de lo que si estoy seguro es que tenemos que camiar nuestros hábitos.
Como bien dice el escritor Ross Gelbspan: “El cambio climático no es un problema medioambiental. Es un problema de la civilización.”
Después de todo, creo que sabemos que el futuro está en nuestras manos y que solo nosotros somos los únicos que podemos hacer que esto cambie.
Publicado en Drosophila.
Un saludo.
Pablo Escribano.
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3 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo: no es el momento de averiguar si el cambio existe o no, o son ciclos naturales, sino de adaptarse a lo que viene.
Yo siempre he dicho que si no paramos este ritmo destructivo que llevamos por el medio ambiente, deberíamos hacerlo por nosotros mismos: cada día hay más rios contaminados, menos especies, se talan millones de árboles, nos metemos en hábitats que no nos corresponden y hasta tenemos el espacio lleno de basura.
Se claiente el mundo o no nada de eso puede ser bueno.
Precosa entrada que ivita a la reflexión, compañero.
Un abrazo.
Tienes que ver el documental HOME.Está en youtube en una calidad asombrosa.
http://www.enlapieldeltoro.org/
Seguimos informando! (No hay buses que salgan desde Sevilla ni alrededores pero por si acaso)
¡Saludos!
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